Nota di Radio Spada: continua
come sempre la sua collaborazione con Radio Spada il carissimo amico
Juan Diego Ortega Santana, titolare del blog sicutoves.blogspot.com.
Si tratta della prima rubrica radiospadista dedicata al pubblico
spagnolo e ispanofono che ci segue da anni con grande simpatia ed
affetto. Un sentito ringraziamento all’amico Juan Diego, vero cattolico
integrale, che in molte occasioni ci ha testimoniato il suo affetto e
la sua stima. Pregate per Lui. Buona lettura! (Piergiorgio Seveso)
Nota de Radio Spada: Continúa como siempre su colaboración con Radio Spada el muy querido amigo Juan Diego Ortega Santana, propietario del blog sicutoves.blogspot.com. Esta es la primera columna de radiospadistas dedicada a la audiencia española e hispana que nos ha estado siguiendo durante años con gran simpatía y afecto. Un sincero agradecimiento a mi amigo Juan Diego, un verdadero católico integral, que en muchas ocasiones ha sido testigo de su afecto y estima. ¡Ora por él! ¡Feliz lectura! (Piergiorgio Seveso)
SAN PÍO X, Custodio de la Integridad Católica
“En la profunda visión que él tenía de la Iglesia como una sociedad, Pío X reconoció que era la Sagrada Eucaristía que tenía el poder de alimentar sustancialmente su vida íntima, y para elevarla por encima de todas las demás sociedades humanas. (…) ¡Qué ejemplo tan providencial para el mundo de hoy, donde la sociedad terrena está volviendo más y más un misterio para sí misma, y trata febrilmente de redescubrir su alma!. Que se vea, entonces, como modelo la Iglesia reunida alrededor de sus altares. Allí, en el sacramento de la Eucaristía la humanidad realmente descubre y reconoce que su pasado, presente y futuro son una unidad en Cristo”
Papa Pío XII, en la Canonización de San Pío X, el 29 de Mayo de 1954

BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA
DEL PAPA SAN PÍO X
Giuseppe Melchiorre Sarto, quien luego sería el Papa Pío X nació el 2 de Junio de 1835 en Riese, provincia de Treviso, en Venecia. Sus padres fueron Giovanni Battista Sarto y Margarita Sanson. Su padre fue un cartero y murió en 1852, pero su madre vivió para ver a su hijo llegar a Cardenal. Luego de terminar sus estudios elementales, recibió clases privadas de Latín por parte del Arcipreste de su pueblo, Don Tito Fusarini, después de lo cual estudió durante cuatro años en Castelfranco Veneto, caminando de ida y vuelta diariamente.
En 1850 recibió la tonsura de manos del Obispo de Treviso y obtuvo una beca de la Diócesis de Treviso para estudiar en el Seminario de Padua, donde terminó sus estudios filosóficos, teológicos y de los clásicos con honores. Fue ordenado Sacerdote en 1858, y durante nueve años fue Capellán de Tómbolo, teniendo que asumir muchas de las funciones del Párroco, puesto que éste ya era anciano e inválido. Buscó perfeccionar su conocimiento de la Teología a través de un estudio asiduo de Santo Tomás y el Derecho Canónico; al mismo tiempo estableció una escuela nocturna para la educación de los adultos, y siendo él mismo un ferviente predicador, constantemente era invitado a ejercer este ministerio en otros pueblos.
En 1867 fue nombrado Arcipreste de Salzano, un importante municipio de la Diócesis de Treviso, en donde restauró la iglesia y ayudó a la ampliación y mantenimiento del hospital con sus propios medios, en congruencia con su habitual generosidad hacia los pobres; especialmente se distinguió por su abnegación durante una epidemia de cólera que afectó a la región. Mostró una gran solicitud por la instrucción religiosa de los adultos. En 1875 creó un reglamento para la catedral de Treviso; ocupó varios cargos, entre ellos, el de director espiritual y rector del seminario, examinador del clero y vicario general; más aún, hizo posible que los estudiantes de escuelas públicas recibieran instrucción religiosa. En 1878, a la muerte del Obispo Zanelli, fue elegido Vicario Capitular. El 10 de Noviembre de 1884 fue nombrado Obispo de Mantua, en ese entonces una sede muy problemática, y fue consagrado el 20 de Noviembre de ese mismo año.
Su principal preocupación en su nuevo cargo fue la formación del clero en el Seminario, donde, por varios años, enseñó Teología Dogmática y, durante un año, Teología Moral. Deseaba seguir el método y la teología de Santo Tomás, y a muchos de los estudiantes más pobres les regaló copias de la “Summa Theologica”; a la vez, cultivó el Canto Gregoriano en compañía de los seminaristas. La administración temporal de la sede le impuso grandes sacrificios. En 1887 celebró un sínodo diocesano. Mediante su asistencia en el confesonario, dio ejemplo de celo pastoral.

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