Morales, l’indigenista-socialista amico di Bergoglio (cui aveva pubblicamente regalato un crocifisso blasfemo) ha deciso di riparare in Messico dopo la sua caduta.
Ora sta svolgendo il ruolo di presidente (autoproclamata) la sua oppositrice Jeanine Áñez, definita da più parti come “conservatrice”, “provita” e “profamiglia”.
Nonostante i “fasti” del Sinodo Amazzonico, a Jeanine non piacciono i riti indigeni – che definisce satanici – e, per celebrare il suo ingresso a palazzo, ha portato appresso una Bibbia per significare che la forza della Bolivia sta in Dio.
Infocatolica riporta:
«Esta Biblia (ndr: en realidad llevaba solo un ejemplar de los Evangelios) es muy significativa para nosotros. Nuestra fuerza es Dios, el poder es Dios, que Dios nos bendiga queridos hermanos bolivianos», aseguró más tarde Áñez desde un balcón del Palacio de Gobierno en La Paz.
Jeanine Añez, provida y profamilia, es contraria al resurgimiento del paganismo indígena. Las redes sociales están difundiendo mucho un tuit que publicó el 20 de junio de 2013, en el que decía: «¡Qué año nuevo aymara ni lucero del alba! ¡Satánicos, a Dios nadie lo reemplaza!».
Ese mismo año también publicó: «Sueño con una Bolivia libre de ritos satánicos indígenas. La ciudad no es para los indios. Que se vayan al Altiplano o al Chaco».
Essendo abbastanza note le dinamiche politiche del Sud America, non siamo così ingenui da entusiasmarci troppo. Si tratta tuttavia di un buon segnale, almeno sul piano simbolico.
Non sono grandi tempi per Pachamama.