Nota di Radio Spada: continua come sempre la sua collaborazione con Radio Spada il carissimo amico Juan Diego Ortega Santana, titolare del blog sicutoves.blogspot.com. Si tratta della prima rubrica radiospadista dedicata al pubblico spagnolo e ispanofono che ci segue da anni con grande[ simpatia ed affetto. Un sentito ringraziamento all’amico Juan Diego, vero cattolico integrale, che in molte occasioni ci ha testimoniato il suo affetto e la sua stima. Pregate per Lui. Buona lettura! (Piergiorgio Seveso)
Nota de Radio Spada: Continúa como siempre su colaboración con Radio Spada el muy querido amigo Juan Diego Ortega Santana, propietario del blog sicutoves.blogspot.com. Esta es la primera columna de radiospadistas dedicada a la audiencia española e hispana que nos ha estado siguiendo durante años con gran simpatía y afecto. Un sincero agradecimiento a mi amigo Juan Diego, un verdadero católico integral, que en muchas ocasiones ha sido testigo de su afecto y estima. ¡Ora por él! ¡Feliz lectura! (Piergiorgio Seveso)

Relato de la Aparición de Nuestra Señora de Lourdes narrado por la vidente Bernardita Soubirous
“Cierto día fui a la orilla del río Gave a recoger leña con otras dos niñas. En seguida oí como un ruido. Miré a la pradera, pero los árboles no se movían. Alcé entonces la cabeza hacia la gruta y vi a una mujer vestida de blanco, con un cinturón azul celeste y sobre cada uno de sus pies una rosa amarilla, del mismo color que las cuentas de Su Rosario.
Creyendo engañarme, me restregué los ojos. Metí la mano en el bolsillo para buscar mi Rosario. Quise hacer la señal de la Cruz, pero fui incapaz de llevar la mano a la frente. Cuando la Señora hizo la señal de la Cruz, lo intenté yo también y, aunque me temblaba la mano, conseguí hacerla. Comencé a rezar el Rosario, mientras la Señora iba desgranando sus cuentas, aunque sin despegar los labios. Al acabar el Rosario, la visión se desvaneció.

Pregunté entonces a las dos niñas si habían visto algo. Ellas lo negaron y me preguntaron si es que tenía que hacerles algún descubrimiento. Les dije que había visto a una mujer vestida de blanco, pero que no sabía de quién se trataba. Les pedí que no lo contaran. Ellas me recomendaron que no volviese más por allí, a lo que me opuse. El Domingo volví, pues sentía internamente que me impulsaban…
Aquella Señora no me habló hasta la tercera vez, y me preguntó si querría ir durante quince días. Le dije que sí, y Ella añadió que debía avisar a los sacerdotes para que edificaran allí una capilla. Luego me ordenó que bebiera de la fuente. Como no veía ninguna fuente, me fui hacia el río Gave, pero Ella me indicó que no hablaba de ese río, y señaló con el dedo la fuente. Me acerqué, y no hallé más que un poco de agua entre el barro. Metí la mano, y apenas podía sacar nada, por lo que comencé a escarbar y al final pude sacar algo de agua; por tres veces la arrojé y a la cuarta pude beber. Después desapareció la visión y yo me marché.
Volví a ir allá durante quince días. La Señora se me apareció como de costumbre, menos un Lunes y un Viernes. Siempre me decía que advirtiera a los sacerdotes que debían edificarle una capilla, me mandaba lavarme en la fuente y rogar por la conversión de los pecadores. Le pregunté varias veces quién era, a lo que me respondía con una leve sonrisa. Por fin, levantando los brazos y ojos al cielo, me dijo:
“Yo soy la Inmaculada Concepción”
En aquellos días me reveló también tres secretos, prohibiéndome absolutamente que los comunicase a nadie, lo que he cumplido fielmente hasta ahora…”
(De una carta de Santa María Bernarda Soubirous al Padre Gondrand, en 1861)
Para leer un relato más detallado de las Apariciones de Nuestra Señora en Lourdes, sólo tiene que tocar AQUÍ

Oración compuesta por Su Santidad Pío XII
Dóciles a la invitación de Tu voz maternal, oh Virgen Inmaculada de Lourdes, acudimos a Tus pies en la humilde gruta donde apareciste para indicar a los extraviados el camino de la oración y penitencia, dispensando a los que sufren las gracias y prodigios de Tu soberana bondad.
Recibe, oh Reina compasiva, las alabanzas y súplicas que pueblos y naciones, unidos en la angustia y la amargura, elevan confiados a Ti.
¡Oh blanca visión del Paraíso, aparta de los espíritus las tinieblas del error con la luz de la Fe! ¡Oh Mística Rosa, socorre las almas abatidas, con el celeste perfume de la esperanza! ¡Oh fuente inagotable de aguas saludables, reanima los corazones endurecidos, con la ola de la divina Caridad!
Haz que nosotros Tus hijos, confortados por Ti en las penas, protegidos en los peligros, apoyados en las luchas, amemos y sirvamos a Tu dulce Jesús, y merezcamos los goces eternos junto a Ti. Amén.

Ultimi commenti