Nota di Radio Spada: continua come sempre la sua collaborazione con Radio Spada il carissimo amico Juan Diego Ortega Santana, titolare del blog sicutoves.blogspot.com. Si tratta della prima rubrica radiospadista dedicata al pubblico spagnolo e ispanofono che ci segue da anni con grande simpatia ed affetto. Un sentito ringraziamento all’amico Juan Diego, vero cattolico integrale,  che in molte occasioni ci ha testimoniato il suo affetto e la sua stima. Pregate per Lui. Buona lettura! (Piergiorgio Seveso)

Nota de Radio Spada: Continúa como siempre su colaboración con Radio Spada el muy querido amigo Juan Diego Ortega Santana, propietario del blog sicutoves.blogspot.com. Esta es la primera columna de radiospadistas dedicada a la audiencia española e hispana que nos ha estado siguiendo durante años con gran simpatía y afecto. Un sincero agradecimiento a mi amigo Juan Diego, un verdadero católico integral, que en muchas ocasiones ha sido testigo de su afecto y estima. ¡Ora por él! ¡Feliz lectura! (Piergiorgio Seveso)

SAN GABRIEL ARCÁNGEL, Anunciador de la Encarnación de Dios en las Purísimas Entrañas de María Virgen

San Gabriel había sido ya enviado a Daniel para anunciarle la época en que el Cristo había de nacer; y a Zacarías, cuando estaba ofreciendo en el templo el incienso, para avisarle del nacimiento del Bautista Precursor del Mesías. “Sólo San Gabriel, cuyo nombre significa Fortaleza de Dios, fue hallado digno, entre todos los Ángeles, de anunciar a María el plan divino respecto a Ella”, dice San Bernardo.

          San Gabriel se acerca con un santo respeto a la Virgen escogida desde toda la eternidad para ser en la tierra la madre de Aquél de quien Dios es Padre en el Cielo. La saluda con las palabras que le fueron dictadas por el Altísimo y que la Santa Iglesia gusta de repetir a menudo: “Dios te salve, llena de gracia; el Señor es contigo; bendita Tu eres entre todas las mujeres”.

          Y como ve el Ángel que María se asombra de semejante salutación, explícale cómo ha venido a pedir su Fiat, para que se cumpla el Gran Misterio, que es la condición de la redención del humano linaje. “Yo soy Gabriel, el que estoy delante del Señor Dios, y que he venido a hablarte y a traerte esta feliz nueva”.

          Pero María quiere permanecer siempre Virgen; y entonces el Ángel la ilustra acerca del Misterio, y le dice cómo ha de concebir por obra del Espíritu Santo, y que dará a luz un Hijo, al cual llamará Jesús, es decir, Salvador. Todo ello sin detrimento alguno del lirio virginal que ofreciera a Dios desde su más tierna infancia.

      María entonces obedece sin titubeo y con la más profunda humildad, diciendo: “He aquí la Esclava del Señor; hágase en Mí según tu palabra.”

            Y en este momento se obró el más grande de todos los milagros, elevando Dios hasta Sí, en unión personal, al Fruto Bendito del seno de la Virgen. “Y el Verbo se hizo carne, habitando entre nosotros” ; se desposó con la humanidad, con nuestra pobreza, con nuestra nada, y en cambio de ellos nos dio su divinidad.