Nota di Radio Spada: continua come sempre la sua collaborazione con Radio Spada il carissimo amico Juan Diego Ortega Santana, titolare del blog sicutoves.blogspot.com. Si tratta della prima rubrica radiospadista dedicata al pubblico spagnolo e ispanofono che ci segue da anni con grande simpatia ed affetto. Un sentito ringraziamento all’amico Juan Diego, vero cattolico integrale,  che in molte occasioni ci ha testimoniato il suo affetto e la sua stima. Pregate per Lui. Buona lettura! (Piergiorgio Seveso)

Nota de Radio Spada: Continúa como siempre su colaboración con Radio Spada el muy querido amigo Juan Diego Ortega Santana, propietario del blog sicutoves.blogspot.com. Esta es la primera columna de radiospadistas dedicada a la audiencia española e hispana que nos ha estado siguiendo durante años con gran simpatía y afecto. Un sincero agradecimiento a mi amigo Juan Diego, un verdadero católico integral, que en muchas ocasiones ha sido testigo de su afecto y estima. ¡Ora por él! ¡Feliz lectura! (Piergiorgio Seveso)

MORIR DE AMOR ENTRE JESÚS Y MARÍA

Es creencia común que el Santo Patriarca durmió en el Señor antes que Cristo comenzara Su ministerio público, con toda seguridad antes de las bodas de Caná, y, por consiguiente, antes de la Pasión del Señor. Y diversos teólogos, entre ellos San Francisco de Sales y San Alfonso María de Ligorio, afirman que murió de amor de Dios.

               San Bernardino de Siena, devoto enamorado de San José nos enseña que “si relacionamos a San José con la Iglesia Universal de Cristo, ¿no es este el hombre privilegiado y providencial, por medio del cual la entrada de Cristo en el mundo se desarrolló de una manera ordenada y sin escándalos?. Si es verdad que la Iglesia entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio recibió a Cristo, después de María es San José a quien debe un agradecimiento y una veneración singular.

               San José, que hizo las veces de padre de Nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del mundo y Señora de los Ángeles, que fue elegido por el Padre Eterno como fiel cuidador y Guardián de sus más preciados tesoros, a saber, de Su Hijo y de Su esposa; cargo que él cumplió con absoluta fidelidad. Por esto el Señor le dice: Bien, siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

               Piadosamente ha de creerse, por tanto, que en su muerte tuvo presentes a Jesucristo y a la Santísima Virgen, su esposa. Cuantas exhortaciones, consuelos, promesas, iluminaciones, inflamaciones y revelaciones de los bienes eternos recibiría en su tránsito de su Santísima Esposa y del Dulcísimo Hijo de Dios, Jesús, lo dejo a la contemplación y consideración de la mente devota…

Acuérdate de nosotros, Bienaventurado José, e intercede con tu oración ante aquel que pasaba por hijo tuyo; intercede también por nosotros ante la Virgen, tu Esposa, madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.”